VALENCIA.- Las pinturas más antiguas de la Comunitat vuelven a ver la luz tras once meses de trabajo en los que el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración (Ivacor) ha limpiado y restaurado los murales de la Capilla del Reconditorio de la Catedral de Valencia, deteriorados y ennegrecidos en un incendio durante la Guerra Civil Española. El resultado, presentado hoy por la consellera de Cultura, Trini Miró, y la directora del IVACOR, Carmen Pérez, podrá admirarse a través de la webs de esta institución y de la Catedral así como en una pantalla táctil situada en la misma Seo, donde ya se ha podido seguir la restauración a tiempo real.
No obstante, el acceso a Capilla estará abierto únicamente para expertos e investigadores, dado el pequeño tamaño del habitáculo, donde apenas caben cinco personas, y su difícil acceso a más de cinco metros de altura por una escalerita de metal.
El Reconditorio es una pequeña cámara secreta, desconocida hasta 1939, y que se utilizó antiguamente para guardar la primera gran reliquia de la Seo, la Santa Espina enviada por San Luis de Francia en 1256, regalada a Jaume I.
Este espacio abovedado guarda dos pinturas murales de gran valor histórico, una de las manifestaciones pictóricas más antiguas de la Comunitat, comparables a las que se pueden ver en una de las capillas de la iglesia de San Juan del Hospital.
Se trata de unas figuras de unos sesenta centímetros que representan dos escenas bíblicas, cuya intervención se enmarca en el proceso de recuperación y mejora del arte contenido en la Catedral.
El panel, dividido en tres partes, muestra en su nicho central dos ángeles en vuelo que portan la corona de espinas mientras es bendecida por la mano de Dios Padre desde lo alto. A ambos lados, pasajes de la Flagelación: a la izquierda, Cristo atado a una columna recibe el azote de inmisericorde de los dos verdugos, y a la derecha, el cristo vestido de púrpura con la caña en la mano y la corona de espinas en su cabeza recibe las burlas de la plebe ante la impávida mirada de Caifás y Pilatos.
Cuando se inició la restauración de estas pinturas hace once meses, "todo el espacio condicionado por el incendio que sufrió la Catedral" durante la Guerra Civil, ha explicado Carmen Pérez.
"El mural habían sufrido temperaturas muy altas, que en algunos detalles había incluso variado el color y toda la capilla estaba completamente ennegrecida por una capa de hollín y ceniza muy fuerte" que ocupaba el 80% de la superficie pictórica. A esto se sumaban unos barnices muy oxidados por el paso del tiempo.
Según la responsable del IVACOR, son unas pinturas "muy especiales, hechas como se pinta sobre una tabla, con materia oleosa, con lo cual son bastante complicadas a la hora de intervenirlas", ha apuntado.
Para ello, se ha hecho fijación de aquellas partes que lo necesitaban, luego una limpieza, en las zonas donde faltaba policromía se ha hecho una reintegración cromática a base de puntos para que esas lagunas no entorpecieran la visión del conjunto, ha detallado la experta.
Estos trabajos que ponen en valor "uno de los principales tesoros ocultos" que ahora quedan a la vista de todas aquellas personas interesadas en conocerlas, ha destacado por su parte la consellera.
Miró, que ha querido resaltar la labor de este Instituto, ha asegurado que "la Generalitat, a través del IVACOR, es una referencia a nivel mundial en cuanto a la investigación y restauración de piezas de gran valor artístico y patrimonial. Hay que recordar que el año pasado se trabajó sobre 240 obras y se recuperaron más de 100 documentos".
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