miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cocaína y éxtasis en las aguas del Parque Natural de la Albufera

VALENCIA.- Un estudio de la Universidad de Valencia ha revelado la presencia en las aguas del Parque Natural de la Albufera de "cocaína, éxtasis y otras seis drogas", informó este miércoles el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) del Ministerio de Ciencia e Innovación.

El estudio, cuya autora principal es la catedrática de la facultad de Farmacia de la Universidad de Valencia Yolanda Picó analizó las aguas de los canales y acequias de este parque, que se sitúan en torno al lago de la Albufera, el mayor lago de la península Ibérica.

"Los resultados confirman la presencia de drogas de abuso, como cocaína, anfetamina, codeína, morfina y cannabis en las aguas superficiales del Parque Natural de La Albufera, en concentraciones que van desde 0,06 a 78,78 nanogramos/litro", dijo Picó al SINC.

El estudio, publicado en la revista Analytical and Bioanalytical Chemistry, ha analizado la presencia de "14 tipos de drogas ilícitas -entre ellas la heroína, la cocaína y el éxtasis- en 16 canales y acequias del parque natural" de 21.000 hectáreas.

Los investigadores buscaron "los residuos que se generan en la orina humana tras la ingesta de las drogas y que acaban en las aguas", según la misma fuente.

"La presencia de la cocaína y sus metabolitos es ubicua en las muestras que se han tomado, y la del éxtasis también es muy frecuente", dijo Picó.

La mayor concentración de drogas se ha dado en el norte del parque, cerca de donde se encuentra la mayor densidad de población, industrias y discotecas.

Todavía faltan estudios sobre el riesgo que estos residuos puedan suponer, pero "el hecho de que estos residuos todavía tengan una potente actividad farmacológica permiten presuponer que su presencia continuada en el medio acuático puede tener consecuencias para los organismos terrestres y fauna acuícola", según Picó.

El pasado año, otro estudio puso de relieve la presencia de cocaína en el aire de Madrid y Barcelona, aunque advertía que esa droga en suspensión no era peligrosa. "Ni viviendo 1.000 años llegaríamos a consumir el equivalente a una dosis de cocaína por respirar este aire", dijo entonces la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Miren López de Alda.

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