miércoles, 4 de mayo de 2011

Monseñor Osoro destaca la entrega de García-Gasco a la Iglesia y "al servicio de todos los hombres"

VALENCIA.- El arzobispo de Valencia, Monseñor Carlos Osoro, ha destacado este miércoles que "en medio de la consternación" por la muerte del cardenal Agustín García-Gasco "surge la esperanza" porque el arzobispo emérito de Valencia vivió "para amar y para entregarse por amor a la Iglesia" y "al servicio de todos los hombres".

   Osoro se ha pronunciado así durante el funeral de Agustín García-Gasco, que falleció el pasado domingo a los 80 años a causa de un infarto. "Después de unos días de estancia en Roma para asistir a la beatificación del Papa Juan Pablo II, recibíamos la noticia de la muerte de Don Agustín, en medio de la consternación, surgía la esperanza, pues quien había vivido para amar y para entregarse por amor en la Iglesia al servicio de todos los hombres", ha señalado.
   En la homilía, el arzobispo de Valencia ha señalado que "la resurrección nos ha alcanzado e impregnado" y ha comentado que "fue al Señor a quien se agarró de su mano Don Agustín, por eso podía decir 'yo, pero ya no yo'".
"Don Agustín habiendo recibido la vida de Cristo, no permaneció en la muerte, amó", ha declarado el prelado.
   A juicio de Carlos Osoro, en García-Gasco "se hacían verdad las palabras del libro del Apocalipsis: 'Dichosos los muertos que mueren en el señor. Desde ahora sí, dice el Espíritu, que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan'".
   Miles de fieles han asistido a la ceremonia, que ha comenzado antes de las 17.00 horas con el traslado del féretro con los restos mortales del cardenal desde el Palacio Arzobispal, donde ha estado abierta hasta las 16.00 horas la capilla ardiente, hasta la Catedral.
   La banda municipal de Valencia ha interpretado la marcha fúnebre de Chopin en la salida de la procesión, mientras las campanas del Miguelete tocaban a difunto.
   A su paso por la Basílica de la Virgen, la comitiva ha parado para volver el féretro hacia la imagen de la patrona de Valencia, la Mare de Déu dels Dersamparats, mientras la Escolanía de la Virgen interpretaba el himno de la Coronación.
   La comitiva, encabezada por la cruz arzobispal y el evangeliario, estaba formada por seis cardenales, 31 obispos y arzobispos y más de 300 sacerdotes, así como el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, el presidente de la Diputación, Alfonso Rus y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.
   También ha asistido a la ceremonia un nutrida representación del equipo de gobierno de la Generalitat, el subdelegado del Gobierno en la Comunitat, Luis Felipe Martínez, así como el expresidente de la Generalitat, Eduardo Zapalana.
   Tras cruzar la plaza de la Virgen y la calle Micalet, el féretro ha entrado por la puerta de los Hierros de la Catedral y ha sido ubicado junto al presbiterio mientras el coro de la catedral ha interpretado el 'Réquiem en Re menor' de Gabriel Fauré. Tras la misa, los restos mortales del cardenal han recibido sepultura en la capilla de San José, según era su voluntad.
   Los cardenales concelebrantes de la misa exequial han sido Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española; Lluis Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona; Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla, y Francisco Alvarez, arzobispo emérito de Toledo.

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