lunes, 2 de julio de 2018

La ministra Teresa Ribera resucita el fantasma de la caducidad del Trasvase Tajo-Segura

MURCIA.- La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, vuelve a agitar el fantasma de la caducidad del trasvase Tajo-Segura. En una entrevista publicada hoy por El País la titular de Medio Ambiente del Gobierno de Pedro Sánchez defiende que las aportaciones de caudales entre cuencas deben ser "algo extraordinario" y pone en duda la existencia de cuenca defitarias, lo que ha sembrado la alarma entre los regantes. 

El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto, Lucas Jiménez, espera reunirse lo antes posible con la ministra y con los altos cargos del Gobierno que tomaron posesión la semana pasada para invitarles a visitar los regadíos de la cuenca. 
Lucas Jiménez recuerda también que la existencia del déficit del Segura está recogida en los Planes de cuenca y resalta que se trata de "documentos técnicos", que deben ser tenidos en cuenta por el Ministerio.
Ocho años después de que el Congreso de los Diputados paralizara las pretensiones de Castilla-La Mancha de poner fecha de caducidad al Acueducto, la nueva ministra reabre un debate que se saldó con el aumento del caudal mínimo para trasvasar caudales del Tajo al Segura de 240 a 400 hectómetros cúbicos.
Teresa Ribera sostiene que "algo extraordinario, como los trasvases, no se puede convertir en ordinario".
En concreto, a la pregunta de si pondrá fecha de caducidad al trasvase del Tajo al Segura, afirma que las aportaciones extraordinarias "deben ser eso", y ha recordado que "durante muchos años hemos tenido delante el mito del déficit hídrico, cuando en realidad no hay cuencas deficitarias ni excedentarias, porque cada cuenca tiene lo propio de cada una".
La ministra ha reconocido que "puede ser que en algún momento se necesite un apoyo extraordinario, pero hay que dimensionar las cosas y que no pase a ser la regla: lo extraordinario no se puede convertir en ordinario, que todos los meses o todos los años tengamos que hacerlo".
"Eso plantea problemas muy serios en cuanto al caudal ecológico, de calidad del recurso", según la ministra, quien asegura que "claro que tenemos que garantizar un acceso a agua potable para consumo humano en las regiones más secas, y pensar en cuáles son las necesidades para otros usos industriales y económicos".
Sin embargo, en ese caso, puntualiza que "las soluciones tienen que ser distintas, más eficientes y hay que partir de una premisa fundamental". A su juicio, "no podemos pensar en una política de agua basada en aquello que se demande se tiene que ofertar".
"No tiene sentido pensar en que vamos a impulsar macrodesarrollos urbanísticos o grandes explotaciones de regadío porque, aunque no haya agua, ya nos la darán", ha aclarado.
Al ser preguntada por el Pacto Nacional del Agua que emprendió el anterior Gobierno, incluyendo negociaciones entre PP y PSOE, la ministra no renuncia a buscar lo mismo. "Me encantaría y me comprometo a intentarlo", ha garantizado.
Ha considerado que el anterior Gobierno "trabajó en muchos temas de agua", y "algunos pueden formar parte de elementos que se ofrezcan para el pacto del agua". 
Sin embargo, añade, "repasando los 30 últimos años de nuestra historia, por no remontarnos más atrás, uno se da cuenta de lo que nos cuesta como país, como sociedad, entender la trascendencia que tiene este recurso y la trascendencia que tiene ponerse de acuerdo en cómo utilizarlo".

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