La tercera guerra mundial está en marcha, pero no en Ucrania, fenómeno que representa un epígono de la extinta URSS, que se creyó eterna y en ese sentimiento hizo repartos de territorio entre las repúblicas, sin atender a criterios étnicos o idiomáticos, y situó bajo dependencia ucraniana Crimea, el Donbass y Lugansk.
Episodio extemporáneo de la finiquitada “guerra fría”, a la que algunos quiere volver, convertida Ucrania en el factor de negocio y de corrupción de todo el nuevo orden mundial, como es el caso paradigmático del hijo del demente Joe Biden, y la intervención del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, poco más que un payaso, hablando en WEF 2020: “Les proponemos a todos ustedes que sean los interesados, los accionistas de la nueva Ucrania…”
Tras ocho años de incumplimientos de los acuerdos de Minsk, de nazismo irredento, y de masacrar a las minorías rusas, se ha colmado la paciencia de Rusia que ha invadido el cenagal ucraniano.
Dejados solos los ucranianos, y el payaso Zelensky en la estacada, sin un sólo soldado OTAN en terreno ucraniano, el colosal aparato de propaganda del globalismo, controlado por Black Rock y Vanguard, está mimetizando las tácticas y estrategias ya conocidas del coronavirus, en donde han fracasado, utilizándolo como cortina de humo para ocultar el escenario de los crímenes cometidos por ellos y por la dirigencia occidental; la misma desinformación, el uso y abuso del más descarado sentimentalismo irracional, la difusión del miedo patológico.
No, ahí no está la guerra comenzada y a la que es preciso acudir, sin dejar desguarnecido ningún flanco, ni abandonar ninguna trinchera. Porque la tercera guerra mundial lleva dos años dándose sin piedad, con una crueldad inaudita, utilizando la mentira y los servicios de salud contra todas sus poblaciones, a lo ancho y largo del mundo.
Esa guerra moderna y de una crueldad terrible, en la que la gente ha sido llevado al matadero, con las mentiras de los dirigentes de todos los partidos, con el abrumador aparato de propaganda de todos los medios de comunicación, es un ataque de bio terrorismo sin precedentes, provocando estragos de muertes repentinas -en la calle, en la carretera, dando clase, practicando deporte o senderismo- y la esterilización en masa de nuestras jóvenes y nuestros jóvenes, sin justificación alguna.
Esa sí es la tercera guerra mundial, que se da con medios desproporcionados, con gran coraje individual por parte de los pueblos que se ha pretendido someter a un totalitarismo atroz. Se ha ganado una batalla con grandes costes personales -pérdida del puesto de trabajo, limitación de los derechos personales, la vida, como la dirigente Tamara Lich de los camioneros canadienses, que han escrito una de las páginas más hermosas de esta guerra, y que apareció, presuntamente en un crimen de Estado, muerta en su celda.
Pero el enemigo acecha y va a continuar con nuevos retos como las “vacunas contagiosas”, que se han puesto a experimentar dos de los mayores enemigos de la Humanidad, Bill Gates y Anthony Fauci, que no precisarán consentimiento, pues se contagiaran por el aire, ese nuevo virus que anuncia Bill Gates, así como sus planes de “ingeniería social alimentaria” para cambiar los hábitos alimenticios de la población, convirtiendo el insano veganismo en una cloaca y mediante la coerción brutal del Estado, cambiado nuestro modelo productivo, generando un monopolio, despojándonos de todo, en la nueva y completa tiranía de la diabólica agenda 2030.
Esa guerra, que se vive día a día, en Canadá y Australia, dos de los focos donde el ataque es más inmisericorde, con la Policía y los militares, degenerados en perros de presa y en guardia pretoriana de los gobiernos traidores, en Estados Unidos, donde está en marcha otro convoy de la libertad en marcha sobre Washington, en España, Italia, Francia, Austria, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Reino Unido, donde la Policía lleva a cabo una prometedora investigación sobre el horrendo crimen cometido, Suiza, India…y todas las naciones del otrora llamado mundo libre.
Que los árboles ucranianos no nos impidan ver el bosque de la tercera guerra mundial en curso, a la que todos hemos sido llamados a combatir con uñas y dientes, con todas nuestras fuerzas, hasta el último aliento, Junto a la resistencia a los nuevos ataques por venir, está la obligación imperiosa de hacer justicia, de derrocar a los tiranos y someterlos a juicio sumarísimo. La victoria es segura. Hoy más que nunca, sin miedo a nada, ni a nadie, ese es nuestro compromiso. Fuerza y honor.
(*) Periodista
http://ramblalibre.com/2022/02/27/la-tercera-guerra-mundial-esta-en-marcha/
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