viernes, 19 de junio de 2009

Ferrer será enterrado el lunes en Batalapali, un pueblo cercano a Anantapur

BARCELONA.- El cooperante Vicente Ferrer será enterrado el lunes día 22 en una pequeña población india llamada Batalapali, muy próxima a la ciudad de Anantapur, según ha informado un portavoz de su Fundación.

la capilla ardiente se ha instalado en el Campus de Anantapur, en donde está la oficina central de la Fundación Vicente Ferrer, y que miles de personas se están acercando hasta este lugar para darle el último adiós.

Aunque el entierro está previsto para el lunes, "no se descarta que se pueda retrasar uno o dos días más, en función del número de visitas que acudan a la capilla ardiente".

Desde la fundación se ha recordado la tarea llevada a cabo por Vicente Ferrer, que alcanza actualmente a 2.287 pueblos del distrito de Anantapur, en el estado indio de Andhra Pradesh, tras el desierto de Rajasthán, la segunda zona más árida de la India, en la que más del 80% de su población depende de la agricultura y donde viven cuatro millones de personas.

Entre los proyectos de educación que la organización humanitaria ha llevado a cabo en esta zona destaca la construcción de 1.696 escuelas y la formación de 2.190 profesores que dan clase a 64.496 alumnos de primaria y a 61.003 de secundaria.

En programas de gestión del agua y en la defensa del medio ambiente se han llevado a cabo 2.291 estructuras de preservación de agua y se han plantado 2.749.840 árboles.

La fundación también ha cubierto 649 pueblos por el sistema de riego por aspersión, y en otros 783 se ha instalado riego por goteo. Además, ha instalado 2.585 unidades de biogas.

En el ámbito de la vivienda, la Fundación Vicente Ferrer ha construido 29.442 casas, de las cuales más de 1.600 están adaptadas para personas con discapacidad.

También en esta zona han construido tres hospitales generales, un centro de planificación familiar y una unidad de atención y cuidados para enfermos de sida.

Para hacer frente a la marginación de la mujer, la Fundación Vicente Ferrer ideó un sistema basado en la creación de los denominados "shangams" o asociaciones de mujeres.

A través del Banco de la Mujer, la organización ofrece recursos económicos iniciales y asesoramiento para conseguir una independencia económica, de forma que los "shangams" desarrollan su propio sistema de crédito, facilitando al grupo la posibilidad de beneficiarse de las ventajas derivadas del ahorro común.

Actualmente funcionan 4.338 asociaciones que agrupan a casi 61.000 mujeres.

El presupuesto de la Fundación Vicente Ferrer en el año 2007 ascendió a menos de 40 millones de euros, de los cuales el 78% se recauda a partir de donaciones de particulares, y apenas un 17% procede de entidades públicas y de empresas.

Un ángel español para la India

Convertido en un ángel para millones de indios, el filántropo español Vicente Ferrer dedicó su férrea voluntad y utópica rebeldía a algo que muchos consideran imposible: acabar con la pobreza en la India.

"Espera un milagro" rezaba en 1969 un cartel colgado de una pared desamparada en lo que sería su casa, en el depauperado distrito sureño de Anantapur, donde hoy murió, según la biografía oficial ofrecida por su fundación.

Y el milagro finalmente llegó en el mismo edificio, transformado en el cuartel general de una ONG que ya en el siglo XXI cubre 2.278 pueblos en el estado de Andra Pradesh y beneficia a más de 2,5 millones de personas.

Pero para construir este espacio humanitario e impulsar un cambio ideológico dignificó a la población "dalit" o intocables, de una región rural lastrada por la pobreza y la discriminación, Ferrer hizo gala durante décadas de un espíritu indomable y jamás dio su brazo a torcer.

Nacido en Barcelona el 9 de abril de 1920, en 1936 fue llamado a las filas republicanas durante la Guerra Civil española como parte de la "Quinta del Biberón", y participó en la batalla del Ebro.

Pronto se manifestó su fervor religioso y su entrega en la lucha contra la pobreza: en 1944 ingresó en la Compañía de Jesús y ocho años más tarde llegó a la India como misionero jesuita.

Su destino fue la costera ciudad de Bombay, hoy capital financiera de la India, pero en su primera misión religiosa en Manmad ya empezó a salir a las calles, a mezclarse con las gentes e idear proyectos para solucionar el precario abastecimiento de agua, una de las tragedias del campesinado indio.

La construcción de un hospital, dos escuelas y el apoyo entre los lugareños le granjearon la enemistad de los radicales hindúes y la suspicacia de las autoridades, siempre renuentes a aceptar la ayuda humanitaria exterior.

"El padre Vicente Ferrer marchará al extranjero para unas cortas vacaciones y será bien recibido otra vez en la India", escribió en un telegrama la entonces primera ministra Indira Gandhi. Corría el año 1968 y el filántropo catalán fue expulsado del país.

Pero un año después volvió -la propia Gandhi ordenó que le concedieran el visado- y empezó su carrera de fondo en el corazón de Andra Pradesh, el único estado de la Unión India que lo acogió.

Abandonó la orden jesuita en 1970, contrajo matrimonio con la periodista inglesa Anne Perry, y fundó el Fondo de Desarrollo Rural (RDT, siglas en inglés) sostenido hoy por la Fundación Vicente Ferrer, el brazo financiero, creado en 1996 en España, de la red social construida en la India.

Durante la década de 1970 continuaba siendo presionado por las autoridades, pero el proyecto ya estaba en marcha y el incansable humanista creó una red solidaria que obró el milagro en Anantapur.

"Era un verdadero revolucionario, demostró que se puede hacer una India diferente", dijo de él, el embajador español en Nueva Delhi, Jon de la Riva.

Tras alabar su "sentido del humor" y el aura "mística" que lo rodea, el diplomático aseguró que Ferrer y su fundación "es lo que más une a España con la India", por encima de los vínculos comerciales.

El inacabable abanico de programas desplegados por su ONG (vivienda, educación, freno de los abusos sexuales, instrucción de samaritanas "dalit") es tan abrumador que se ha ganado el reconocimiento de las autoridades.

La vicepresidente del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, le entregó en la India el pasado mes de enero la Gran Cruz del Mérito Civil al laureado Ferrer, también Premio Príncipe de Asturias a la concordia 1998.

"Me faltan palabras para describirlo. Es una persona excepcional en la vida de muchas familias, entre los pocos que pasarán a la Historia", dijo una de las organizadoras del homenaje, Lola Feliu.

Otra voluntaria que ayudó a organizar el acto, Ángels Serrano, evocó su divertido discurso durante el homenaje, en el que se quitó la banda alegando que le molestaba y orquestó al auditorio para que lo aplaudiera.

"¿Por qué dejó usted de ser jesuita? le preguntó Serrano en una ocasión a Ferrer.

"Porque me dio la gana", fue la respuesta de este indómito luchador.

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