jueves, 18 de noviembre de 2010

El humo de los fuegos artificiales perjudica la salud, según un estudio del CSIC

BARCELONA.- Las partículas metálicas que emiten los fuegos artificiales mediante el humo son un riesgo para la salud, especialmente para las personas asmáticas, según un estudio elaborado por investigadores del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idaea-CSIC) de Barcelona, que publica la revista 'Journal of Hazardous Materials'.

   Los datos, recogidos en exhibiciones pirotécnicas realizadas en Girona, Barcelona, Valencia y Londres, confirman que la adición de metales en la pólvora, que se realiza para obtener los diferentes colores y efectos de los cohetes, provoca la liberación de partículas nocivas para la salud.
   Estas partículas son lo bastante pequeñas --varias micras o menos-- como para ser inhaladas "profundamente" en el pulmón, algunas especialmente perjudiciales como el plomo, si bien también se ha detectado la presencia de cobre, estroncio, potasio, magnesio, aluminio, titanio, bario, antimonio y concentraciones de óxido nítrico y dióxido de azufre.
   "La investigación toxicológica ha demostrado que muchas de las partículas metalíferas que lleva el humo de los fuegos artificiales son bioreactivas y pueden afectar a la salud humana", ha señalado la investigadores del Idaea Teresa Moreno, en declaraciones al Servicio de Información y Noticias Científicas recogidas por Europa Press.
   La evidencia es que dicha inhalación resulta perniciosa "aunque solo suceda en ocasiones puntuales a lo largo del año", por lo que la investigadora recomienda alejarse del humo que se produce tanto como sea posible.
   El estudio recopiló datos durante las fiestas de Sant Joan de 2008 en Girona --donde analizaron más de 30 elementos y compuestos químicos entre mayo y junio--, lo que sirvió para contratar que los niveles de compuestos como el plomo, cobre, estroncio, potasio y magnesio se dispararon tras los fuegos de la noche más corta del año.
   La 'mascletà' celebrada el 18 de marzo durante las Fallas de Valencia, así como celebraciones similares en poblaciones de Castellón como Alcora y Burriana, y la festividad de Guy Fawkes en Londres aportaron datos similares.
   "La gente que vive en las ciudades inhala cantidades importantes de partículas contaminadas por las emisiones del tráfico, las chimeneas o los cigarrillos, y el humo denso de los fuegos artificiales empeora las cosas", ha apuntado Moreno.
   La menor exposición implica una menor contaminación, por lo que la investigadora apunta como solución al problema que los asistentes a estos espectáculos se coloquen en lugares no afectados por la llegada de las emisiones y se preste atención a la dirección del viento.
   Asimismo, considera importante realizar un control "estricto" sobre los componentes del material pirotécnico que se importa, para evitar así la quema de aquellos productos con una composición química potencialmente más peligrosa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que los informes técnicos comunican es cierto, incluso podemos afirmar que pecan un pelín de ingenuos –pues el negativismo y la nocividad de los humos de la pirotecnia actual aun tiene más peligrosidad de la mencionada.

Pero estamos en tierras valencianas y conviene aclarar barias cosas.
En primer lugar hemos de tener en cuenta al hablar de fuegos, que una cosa son los pirotécnicos que se disparan en todas partes –incluso aquí en Valencia; y otra cosa son los fuegos rituales que siempre se dispararon en tierras valencianas. Y de los cuales els Mestre de Traca So Visent Agulleiro, el So Visent Roig, y el So Enrique Ferriols, sentenciaban que se debía embotellar su aroma –pues era único. El aroma de una Mascletà Valensiana era y es único, siempre que la Mascletà sea valensiana.

Pues todo fuego que se precie de valenciano como primera característica es ritual. En segunda es música. Y en tercera es aroma, humo que no contamina y perfuma. Quedando claro que esto del perfume es real, pues los Mestres de Traca Valensiana en sus talleres a las pólvora negras les añadían yerbas aromáticas del campo, que al ser combinadas adecuadamente daban a los humos un aroma especial.

El problema lo tenemos hoy en día, con la gran borreguera de burradas que hacemos, en donde los ritos valencianos del fuego se omiten; las pólvoras que se disparan son bélicas; y las combinaciones que se hacen mortíferas. Y encimo todo ello patrocinado por autoridades ineptas e inútiles, cuando no analfabetas de los Usos del Fuego Valenciano, que no tienen ni puñetera idea de lo que hacen.

La solución al problema planteado no pasa por alejar las Eras de fuego del centro de las ciudades. La solución racional es volver a nuestros fuegos originales; recuperar nuestro origen y hacer las cosas bien.

De lo contrario caminamos a un desastre humano y ecológico de cuyas magnitudes nadie imagina.

So. Andrés Castellano Martí. Gracias.