ELCHE.-
Un esperado libro de memorias del político y abogado Manuel Ortuño está
arrasando en Elche desde hace unos días en que apareció "Diario del subdelegado del Gobierno Valenciano en Elche. Memoria, historias y anécdotas"
en una primera edición no venal de unas cuantas decenas de ejemplares
ya distribuida, casi agotada, y previa a la comercial que se espera con
cierta expectación social para el mes de marzo.
"La
necesidad de explicar y no de justificar, es para mí, una consecuencia
lógica de afirmaciones y negaciones que hago sin reservas: lo que he
sido y he hecho en política es de conocimiento público. Nunca he
solicitado un cargo y me he limitado a aceptar o rechazar los que se me
han ofrecido. No me ha preocupado aparentar una posición de información
o influencia, distinta de la que naturalmente resultaba del desempeño
de mis responsabilidades. No me han gustado las injerencias y maniobras
que desde altas instancias provinciales y regionales del partido en
relación con la organización local de Elche, se han venido
sistemáticamente produciendo y la falta de democracia interna", dice en la contraportada del libro su autor.
Concejal del Ayuntamiento de Elche, diputado provincial por el partido judicial de Elche y luego diputado regional del PP por la provincia de Alicante, finalmente subdelegado del Gobierno valenciano en Elche, Manuel Ortuño acumula toda una vida en política local y regional desde que visitó en Londres a Manuel Fraga en 1976 para incorporarse desde el primer minuto a la construcción de una nueva derecha nacional democrática, que devino primero en Alianza Popular y, a continuación ya con José María Aznar, en un Partido Popular, hoy en una nueva fase de definición ideológica relativa con el político casado con ilicitana, Pablo Casado.
"El respeto a la función pública me
impide una incursión de comentarios que considero para mí vetados. Pero
la historia tiene un protagonista que es el hombre en su individualidad,
en su pertenencia a una comunidad, y su identificación en realidades
concretas y personales que hacen historia con un alto grado de
conciencia, de intensidad y relevancia", añade Ortuño en su introducción a la aproximación a su propia biografía.
En
total, 623 páginas, más prolíficas e intensas sobre los años 2002 y
2005, donde Ortuño aborda su vida pública ejecutiva y por las que
desfilan bastantes ilicitanos y personas de toda la Comunidad
Valenciana. El índice onomástico al final del libro de personas citadas
contiene 580 referencias, lo que da una idea de lo exahustivo del
abordaje de esta tercera obra del mismo autor, tras "Hoja de ruta" y
"Antonio Valero Agulló. Semblanza de un agricultor y político".
"Tengo
criterio sobre aciertos y errores en mi actuación pública. Acepto,
aunque pueda discrepar, de cualquier juicio adverso, formulado con recta
intención, que, al ponderar esa etapa de mis facultades
gubernamentales, puedan tener presentes, según su testimonio, la
realidad de los hechos y las motivaciones de sus actos, es legítima la
pretensión de quien, sobre una valoración personal, adoptó actitudes y
decisiones importantes o participó en su adopción", añade este
abogado y político controvertido, por la libertad que siempre le ha dado
su independencia económica por destacar con suma brillantez en su
profesión, sin menoscabo de una disciplina de partido bien entendida por
sin imposiciones.
"No hago protestas gratuitas de
imparcialidad y objetividad. Mi visión es necesariamente parcial y, mi
valoración, subjetiva. Puedo asegurar, sin embargo, la veracidad de lo
que expongo y la certeza de lo que relato (...) Basta saber que soy yo
quien escribe, y que sé lo que escribo, por conocimiento directo. El
lector hará, sin duda, una recta administración de la confianza que le
merezca mi testimonio, coincidente o no, con el de otros", concluye Ortuño en la introducción a su tercer libro de esencia también muy ilicitana.
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