MADRID.- El mercado europeo de frutas y verduras es un campo de batalla en el que cada vez más países intentan ganarse una mayor cuota de participación. A pesar de la creciente presión de actores importantes como Marruecos, los Países Bajos, Italia y Turquía, España sigue dominando el mercado con aproximadamente el 30-35% de las importaciones de la Unión Europea, convirtiéndose en el principal proveedor de frutas y hortalizas frescas.
España, según el portal International Supermarket News, ha logrado frenar el avance de Marruecos en este campo gracias a su capacidad de producción en todo el año, gracias a regiones como Almería, conocida como "la huerta de Europa".
La diversidad de producto, que incluye tomates, pepinos, pimientos o cítricos, abastece a los supermercados de Alemania, Francia y Reino Unido, incluso en épocas de temporada baja.
Pese al esfuerzo de Marruecos por consolidar su posición en el mercado europeo, especialmente en los meses de invierno, España sigue siendo la opción preferida por los proveedores.
Pero España no solo se enfrenta a la competencia de Marruecos. Países Bajos, un actor clave en la cadena de suministro de frutas y verduras en Europa, representa entre el 15 y el 20% de las importaciones.
El uso de tecnologías en invernaderos y la eficiencia del puerto de Róterdam han hecho de Países Bajos no solo un productor, sino un importante centro de reexportación para todo el continente.
Por su parte, Italia se mantiene como uno de los mayores exportadores de productos de alta calidad, como manzanas, kiwis, uvas y tomates. Con el 10-12% de las importaciones totales, su clima mediterráneo y su tradición agrícola garantizan una constante oferta de frutas y verduras a Europa.
Asimismo, Turquía, con un 8-10% del pastel, sigue creciendo en presencia, especialmente con productos como cerezas, albaricoques y tomates, aprovechando sus diversos climas y el creciente interés por los productos orgánicos.
Pero Marruecos no se queda atrás. Con un 10-15% de las importaciones europeas de frutas y verduras, en los últimos 20 años ha encontrado su nicho en el mercado europeo, sobre todo en los meses de invierno, exportando tomates, pimientos o cítricos.
La competencia entre España y Marruecos no solo se ha intensificado en supermercados, también en los despachos de Bruselas. Los productores españoles han expresado en varias ocasiones su malestar por la creciente presencia de productos marroquíes en el mercado europeo y la falta de control, sobre todo, en momentos de baja producción.
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