Así figura en un informe elaborado por el técnico Sergio Álvarez, que amplia otros análisis presentados
por esta parte y que se centra, en esta ocasión, en la situación de las
localidades de Paiporta, Catarroja y Massanassa como poblaciones de
«alto riesgo de inundaciones» y también en las declaraciones efectuadas
en sede judicial Salomé Pradas y Emilio Argüeso.
Sobre las comparecencias de los exdirigentes, el documento destaca
«el retraso de la constitución del Cecopi por acudir a Carlet, punto de
control que era de los pocos que estaba vigilando».
«A los dos directores del plan especial de inundaciones, con
situación 1 y posteriormente con situación 2, se les ocurre la temeridad
de ir a ver un barranco en Carlet, que ya hemos dicho que tiene un
punto de medición, actuando de manera imprudente, ya que ponen en
peligro a los trabajadores/as que conducen el coche, se ponen en peligro
ellos mismos, y además retrasan dos horas la constitución del Cecopi,
con las consecuencias nefastas que ha tenido ese retraso», señala.
Y remarca que esta situación «estuvo a punto de producirse», ya que
el recorrido entre l'Eliana --donde se encuentra el Centro de
Coordinación de Emergencias-- y Carlet, pasan por la A-3 y la A-7, ambas
carreteras en diferentes tramos fueron cortadas.
Asimismo, el redactor del análisis insiste en que las competencias
que tenía la Generalitat en el control de los cauces, «tal y como lo
establece el Plan Especial de Inundaciones», y subraya la importancia de
los puntos de control de los cauces, y como en la dana de noviembre sí
se hizo, lo que demuestra, a su juicio, los incumplimientos en la
barrancada de octubre.
«A nuestro entender, --expone-- no puede ser que aquellas personas
que tenían la dirección de todas las operaciones, algo que indica el
Plan Territorial de Emergencia de la Comunitat Valenciana (PTECV), se
hayan dedicado a culpabilizar a los bomberos forestales, a la
Administración General del Estado, a la Aemet, a la Confederación
Hidrográfica del Júcar, pareciendo no tener ellos ninguna
responsabilidad en lo ocurrido».
Por otra parte, el informe analiza utilizando las comparativas del
visor cartográfico con las alturas del agua el riesgo potencial que
sufrió la población en general y concluye que los fallecimientos por
ahogamiento han seguido un patrón muy similar, que se han centrado en
estos ejes: personas mayores en bajos, la mayoría de ellos con ventanas
con rejas; personas en garajes (solamente en Catarroja el 33% de las
muertes se producen en estas circunstancias) y personas a las que las
riadas sorprendió en la calle, con el «agravante» que eran zonas del
alto riesgos de inundaciones.
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