El acto contó con la participación de Thanos Giannakakis (WWF),
Petros Kokkalis y Elina Makri, junto con representantes ecologistas y
sociales de Tesalia, que analizaron los retos de reconstrucción y
adaptación climática.
En un comunicado, la formación política ha manifestado que, «al
igual que en Valencia, en Tesalia ningún dirigente político asumió
responsabilidades por el desastre, que dejó 44.000 personas afectadas y
17 personas muertas-, pero en las siguientes elecciones la ciudadanía los
sacó del gobierno de la región».
Ante un auditorio compuesto por expertos ambientales, representantes
institucionales y movimientos sociales, Beamud compartió la experiencia
valenciana tras la dana del 29 de octubre de 2024: «Sin instituciones
eficientes y una gestión diligente, la ciudadanía queda desamparada en
momentos críticos».
«La gestión política en Valencia fue deficiente y tardía, y debilitó
todavía más la capacidad de respuesta de los servicios públicos»,
denunció, al tiempo que agregó que, «a pesar del esfuerzo y la
profesionalidad de agentes y funcionarios, el Ayuntamiento de Valencia y
la Generalitat reaccionaron demasiado tarde, lo que dejó a decenas de
familias completamente desamparadas las primeras horas».
Como vecina de La Torre, una de las pedanías más afectadas por la
barrancada, la edil aportó en Tesalia su testimonio personal y
comunitario. «El gobierno falló en lo esencial: prevenir y avisar a la
ciudadanía. No se activó la megafonía, los recursos municipales tardaron
más de 38 horas en desplegarse y no se actuó con la rapidez que la
emergencia exigía», criticó.
Además, señaló que la comisión municipal creada para analizar la
gestión de la dana «no dio respuestas claras sobre por qué se ignoraron
protocolos básicos de seguridad y alerta».
A su juicio, la alcaldesa de
Valencia, María José Catalá, y el 'president' de la Generalitat, Carlos
Mazón, «han preferido taparse mutuamente en lugar de asumir
responsabilidades».
Beamud destacó la «relevancia» de este diálogo internacional: «Estos
encuentros son fundamentales para compartir experiencias, pero también
para tejer una red mediterránea de ciudades comprometidas con la
seguridad, la prevención y la resiliencia frente a la crisis climática».
«La tragedia de 2024 debe servir de aprendizaje colectivo. Si no
reforzamos los servicios públicos y la cooperación entre territorios,
las ciudades mediterráneas estaremos siempre un paso atrás frente al
cambio climático. Valencia no se puede permitir repetir errores que han
costado vidas humanas», concluyó.
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