VALENCIA.- La Asociación de Inmobiliarias de la Comunitat Valenciana (Asicval) alerta de un aumento de la demanda de alquiler de habitaciones «ante la imposibilidad de pagar las altas rentas que ha alcanzado el alquiler habitual en la ciudad de Valencia, que se sitúa ya en torno a los 1.000 euros al mes de media».
Según asegura el colectivo en un comunicado, el perfil que demanda esta opción residencial también ha cambiado, ya que no se trata solo de estudiantes que vienen a la ciudad a cursar sus estudios superiores, sino que son personas trabajadoras desplazadas principalmente de otras provincias y de otros países no comunitarios e incluso parejas.
«Si antes teníamos jóvenes de entre 18 y 25 años que venían a Valencia a estudiar desde otros pueblos de la provincia y buscaban un piso compartido por la experiencia, ahora tenemos personas trabajadoras que pasan de los 35 años y que buscan una habitación donde vivir porque no pueden pagar solas un alquiler habitual y su lugar de origen se encuentra a media o larga distancia, es decir, no pueden ir y volver en el día», explica la presidenta de Asicval, Nora García.
«Son los estudiantes, que antes podían permitirse vivir en una habitación con un trabajo a media jornada o porque sus familias hacían un esfuerzo, los que ahora están yendo y volviendo cada vez de la casa familiar a su centro de estudios, y sufriendo todas las deficiencias de la red de transporte.
Y quién puede permitírselo, está optando por una plaza en una residencia de estudiantes, porque por un poco más tiene acceso a más servicios como limpieza, sala de estudios, sala común», añade.
Asimismo, las inmobiliarias han advertido un aumento de la oferta de habitaciones en alquiler en el último año, que responde a su alta rentabilidad y al hecho de que son contratos que no se enmarcan en la Ley de Vivienda.
Actualmente, el precio de una habitación en la ciudad de Valencia se sitúa entre los 350 y los 500 euro en un piso compartido de entre 3 y 4 habitaciones.
Nora García comenta que «con las nuevas restricciones a los pisos turísticos, estamos viendo cómo nuevos inmuebles salen al mercado bajo la modalidad de alquiler de habitaciones».
«Pero también estamos detectando un creciente interés entre pequeños inversores por comprar viviendas con el objetivo de compartimentarlas con esta finalidad», apostilla.
Para la presidenta de Asicval, «la falta de vivienda destinada a alquiler habitual está convirtiendo al alquiler de habitaciones en la única solución residencial para muchas personas, pese a que también presentan precios desorbitados, pero al fin y al cabo son rentas que la gente sí puede pagar».
Desde la asociación consideran «urgente» impulsar medidas para promover la oferta de alquiler de vivienda habitual desde el ámbito fiscal y normativo, y ofreciendo seguridad jurídica tanto a inquilinos como propietarios.
De esta manera, afirman, «el aumento de la oferta acabará redundando en los precios de todo tipo de alquiler, incluido el de habitaciones, una opción válida que siempre ha existido para un periodo o necesidad concreta».
Insisten, no obstante, en que estas iniciativas «deben enmarcarse en un pacto de Estado por la vivienda entre administraciones para garantizar su continuidad en el tiempo».
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