miércoles, 25 de abril de 2012

El archivo de la demanda del Banco de Valencia contra Matas no es definitivo

PALMA.- El archivo del procedimiento de ejecución hipotecaria que el Banco de Valencia instó contra el expresidente del Gobierno balear Jaume Matas, a fin de poder recuperar los tres millones de euros que le prestó -más sus intereses- para que pudiera hacer frente a la fianza penal que se le impuso en el marco del caso Palma Arena, no es definitivo. A pesar de que finalmente ha sido suspendida la subasta de las tres fincas con las que el exministro garantizó el crédito a raíz de un acuerdo alcanzado entre banco y deudor, éste no es firme.

   Y es que, según han informado fuentes próximas a ambas partes, ni el exdirigente del PP balear ni la entidad bancaria han rubricado documento alguno en el que quede plasmado el pacto logrado que les ha conducido finalmente a solicitar la suspensión 'in extremis' del remate. Es más, el acta de la comparecencia celebrada esta mañana entre las partes para trasladar esta petición refleja la suspensión provisional del proceso, sin perjuicio de que en un momento posterior pueda instarse su continuación.
   De hecho, durante el acto, a pesar de que tanto la representación de Matas como el banco han solicitado la paralización de la puja, el abogado de la parte ejecutante ha manifestado no estar conforme con el contenido del escrito presentado por Matas para pedir que no se celebrase la subasta, si bien finalmente ha interesado de mutuo acuerdo con el expresidente la suspensión del procedimiento hipotecario.
   En cualquier caso, el acuerdo al que han llegado tanto Matas como la entidad acreedora pasa por devolver a ésta los 500.000 euros que le faltaban para cubrir los tres millones de préstamo. Medio millón de euros que prevé recuperar el banco después de que la Audiencia, que tenía esta cantidad como fianza por el primer juicio del caso Palma Arena -en el que Matas ha sido condenado a seis años de cárcel, pena recurrida ante el Tribunal Supremo-, aceptase este martes sustituir la caución por las escrituras del palacete y un inmueble de Sant Miquel.
   Ambas fincas estarán de esta forma en manos de la Audiencia como garantía para evitar que Matas pueda eludir la acción de la justicia a la espera de que el TS se pronuncie sobre su condena en fase de casación, si bien después de que esto suceda le serán finalmente devueltas al expresidente. De este modo, Matas ha evitado que su principal vivienda, de 475,4 metros cuadrados construidos y valorada en 1,65 millones de euros, haya sido subastada junto al local de Sant Miquel, de 73 metros y tasado en 900.000 euros.
   Así, junto a los 500.000 euros que ha librado la Sección Primera de la Audiencia y que volverán a manos del Banco de Valencia, la entidad acreedora confía asimismo en recuperar los intereses de demora y gastos procesales generados a raíz del préstamo y que se elevan a 912.409 euros. Para ello, el banco prevé quedarse con la otra de las viviendas que iba a salir a puja, ubicada en Las Ramblas -de 152 metros-, mediante la fórmula de dación en pago, a pesar de que su valor -450.000 euros- es inferior a la cantidad adeudada.
   De esta forma, mediante la dación en pago, el expresidente saldaría su deuda con la entidad bancaria mientras que ésta, a su vez, podría evitarse los costes y la duración que lleva implícitos el procedimiento de ejecución hipotecaria.
   De forma paralela, Matas ha presentado un nuevo escrito ante el Juzgado de lo Mercantil número 7 de Madrid para retirar su petición de entrar en concurso de acreedores para personas físicas. El expresidente decidió acogerse a la Ley Concursal ante la imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones de pago, declarándose insolvente ante la inminente celebración de la subasta, si bien tras conocer que el banco estaba dispuesto a pedir la suspensión del remate ha rechazado esta opción con la que pretendía paralizar el proceso de ejecución hipotecaria.
    Fue en mayo del pasado año cuando la entidad acreedora interpuso una demanda de ejecución hipotecaria por la que reclamaba al exjefe del Ejecutivo autonómico la devolución del préstamo más los intereses del crédito generados pero, al no ser devuelta la cantidad, el banco solicitó al Juzgado que los tres inmuebles salieran a subasta. Se trata de un procedimiento dirigido también contra su mujer, Maite Areal, por ser copropietaria del palacete, así como contra la madre del expresidente, cotitular en su caso del inmueble de Sant Miquel.
   Sin embargo, el exministro no ha querido tirar la toalla y hasta el último momento ha intentado negociar con el banco a fin de recuperar sus bienes, principalmente el palacete. Según la escritura fechada el 25 de octubre de 2006, Matas abonó 950.000 euros ante notario por un lujoso inmueble que, entre otras estancias, cuenta con una terraza trasera de uso exclusivo de 23,9 metros cuadrados y un balcón de 8,2 metros con vistas a la céntrica calle Sant Feliu.
   Tras tomarle declaración durante dos días, en marzo de 2010 el juez Castro impuso a Matas la fianza de tres millones de euros -posteriormente rebajada a 2,5 millones de euros, finalmente cancelados- en el marco del caso Palma Arena, una de cuyas principales líneas de investigación se centran en el lujoso tren de vida llevado por el encausado cuando era máximo dirigente de la Comunidad Autónoma y que, de acuerdo a las pesquisas, no se corresponde con los ingresos que obtenía como presidente.
   Los investigadores apuntan de esta forma a la relación de los elevados gastos de Matas con la presunta malversación de aproximadamente cincuenta millones de euros durante la ejecución del velódromo palmesano (2005-2007). Unos hechos que niega de forma tajante el expresidente, quien durante su declaración manifestó que parte del dinero que obtenía mensualmente por el alquiler del local de Sant Miquel no lo declaraba, justificando así que pagase en negro parte de los 400.000 euros que se gastó en reformar el palacete y negando haber rehabilitado la vivienda con fondos públicos.

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