VALENCIA.- La Comissió Ciutat-Port ha dado a conocer este lunes un informe
elaborado por el catedrático de puertos de la Universidad Complutense de
Madrid, Pascual Pery, que concluye que el proyecto de ampliación norte
del Puerto de Valencia modifica las condiciones del oleaje en las playas
del Saler y Pinedo, y por tanto, aumenta los "efectos perniciosos que
el puerto ya está generando" en las playas al sur.
Según
este estudio, el dragado del fondo marino que se tiene que llevar a cabo
para permitir el paso de 'megabuques' de 300 metros de eslora y 18
metros de calado provocará que las olas vayan más deprisa, sean más
altas y tengan más fuerza para erosionar el litoral, "un riesgo añadido"
ante futuros temporales, dado que "la energía que mantiene las playas
en equilibrio despende del oleaje".
Así
lo ha advertido este lunes el profesor Pery en un encuentro con la
prensa en el que ha reclamado una nueva Declaración de Impacto Ambiental
(DIA) para el anteproyecto constructivo de ampliación de 2018, que
según ha argumentado tiene importantes diferencias con el que cuenta con
DIA de 2007 y "solo tiene en común el dique de abrigo ya construido e
incluso ese elemento se modifica con una ampliación".
En
su análisis, el catedrático subraya que el volumen a dragar en el
anteproyecto de 2018 es 14 veces superior al autorizado por la DIA de
2007", de modo que pasa de 1,3 millones de metros cúbicos a 21,3
millones.
Según
ha explicado, el dragado previsto crea una rasa de unos 1.200 metros de
ancho perpendicular a la de las olas más frecuentes, cuyas
consecuencias "se obvian" en el anteproyecto de 2018 con el argumento de
que "como los diques no salen de la Zona 1" pero no tiene en cuenta que
los cambios de dirección, velocidad y altura de las olas están
directamente relacionados con la profundidad de los fondos que recorre.
En
este punto, preguntado por la posibilidad
de que el Puerto de Valencia renuncie al dragado del fondo marino
frente a El Saler, Pery reclama que lo explique "por escrito", dado que
lo ve "incompatible" con el 'leitmotiv' por el que se decidió acometer
la ampliación, esto es captar grandes buques de 18 metros de calado.
De
no dragar, por el canal de entrada a la nueva dársena no podrían pasar
barcos de más de 13 metros de calado, con lo que sería "peor" que la que
ya tiene y no tendría sentido, ha señalado.
Respecto
a las demoliciones, no contempladas en la DIA de 2007, del contradique
norte y los muelles para cruceros actuales, el informe avisa que "la
demolición implica movilización de sedimentos que pueden quedar en
suspensión e impactar en las comunidades que viven en el fondo marino,
en aguas medidas y en la superficie" por lo que exige un análisis previo
de procedimientos de extracción y en qué condiciones del mar se puede
realizar, así como las comunidades sensibles en el impacta.
Sobre
la prolongación en 505 metros del dique Este exterior para mantener la
distancia de parada de los buques, el profesor Pery apunta que
"modificará totalmente el régimen del oleaje en el entorno del puerto".
Asimismo, advierte de una "preocupante falta de seguridad en la
estabilidad de los diques norte y este".
"La
necesidad de disponer de una anchura adecuada en el canal de acceso y
en la dársena, así como unos calados de 22,5 metros en el canal y 20 en
la dársena, exigen traer estas profundidades mucho cerca del pie de las
obras existentes: Dique Norte y Dique Este", de modo que "existe
posibilidad de colapso, bien por deslizamiento o vuelco debido a la
pérdida de material de apoyo, o bien deslizamiento por círculo profundo
debido a la pérdida del peso del material dragado", advierte en su
informe.
Según Pery, "este
riesgo no se contempla en el anteproyecto 2018 y el rompeolas propuesto
no haría más que proteger el terreno de posibles erosiones, pero en
ningún caso garantizar la estabilidad del dique".
Del
mismo modo, el dique de abrigo se va dimensionar y calculó en el
proyecto sometido a la DIA de 2007 para resistir los esfuerzos que sobre
él produzca el oleaje. Sin embargo, en el anteproyecto 2018 este dique
ya construido tendrá que resistir, además, los empujes del relleno de la
explanada, más la sobrecarga de uso que suponen las operaciones de la
terminal, almacenamiento de contenedores, tráfico pesado, etc.
A juicio
de Pery, "es necesario recalcular el dique con nuevos esfuerzos, lo que
puede comportar la necesidad de su refuerzo por la parte interior o
exterior, siendo eventualmente esto una nueva obra de importancia no
prevista en la DIA 2007".
Por
otro lado, máxime ante temporales, la exigencia de protección para una
terminal donde se almacenan mercancías, circulan personas y vehículos,
existen instalaciones eléctricas y de otro tipo, etc., además de
necesitar una capacidad de desagüe puntual mayor, es muy superior a la
que se permite en un dique de abrigo donde basta prohibir el paso para
evitar daños personales o materiales, agrega en su informe.
A
su entender, sería necesario elevar la cota superior del dique para
garantizar la operatividad y la seguridad de la terminal, y esto
afectaría al impacto visual desde las playas del Cabanyal y la
Malva-rosa.
Pascual Pery ha
querido dejar claro que la exigencia de una nueva DIA no es para poner
"una traba" sino que se trata de "hacer bien las cosas". En cualquier
caso ha reivindicado un "cambio de modelo portuario" que aleje estos
recintos de las ciudades, al igual que se llevan las industrias a los
polígonos industriales.
Por
otra parte, preguntado por los efectos del último temporal, con el paso
de la borrasca Gloria, el profesor ha apuntado la posibilidad de "poner
obstáculos" al mar para que las olas lleguen con menos fuerza a la
costa y se minimicen los daños y la erosión de las playas. En este
sentido, ha sugerido poner diques sumergidos paralelos a la cosa.
En
todo caso, a querido dejar claro que "el tratamiento de la costa no es
cirugía, es medicina" y que la costa en un elemento vivo que necesita de
"pequeñas intervenciones continuas", no hacer una gran inversión
millonaria y después olvidarse.
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