viernes, 29 de marzo de 2024

El auténtico Santo Cáliz de la Última Cena que custodia una catedral española desde hace 587 años


VALENCIA.- Una doble investigación de la Universitat Politècnica de Valencia, a cargo del profesor Manuel Zarzo, apunta indicios inéditos sobre la autenticidad del Santo Cáliz de la Última Cena, custodiado en la Catedral de Valencia desde 1437. El Santo Grial que, según avala la Iglesia, utilizó Jesucristo y que durante la Guerra Civil trató de llevarse a Londres el servicio secreto británico MI6.

Zarzo ha abordado esta cuestión desde tres puntos de vista. La primera de ellas, la datación de la copa, «esencial ya que es condición necesaria para ser auténtica el haber sido tallada antes de la Última Cena». Por otra parte, «hay que seguir investigando en la trazabilidad de la copa desde Jerusalén hasta Huesca, pues los indicios de su presencia en la Península Ibérica soy muy escasos antes del siglo XII». Y, por último, «hay que plantearse qué probabilidad hay de que sea una falsa reliquia», publica Abc.

La primera cuestión planteada la aborda con detalle en una de sus recientes investigaciones, publicada en la revista Heritage, en la que concluye que el patrón de diseño de la copa de ágata, la moldura del borde y de la base concuerdan con las copas de época helenístico-Romana.  

No obstante, asevera que la clave para una datación más precisa «curiosamente» está en la tecnología del vidrio. «La elaboración del vidrio por soplado se desarrolló a finales del siglo primero antes de Cristo. Anteriormente, los recipientes de vidrio se fabricaban con moldes, siendo caros y poco transparentes. La disponibilidad de vasos más transparentes fue toda una revolución, pues permitían apreciar la calidad de los vinos, de modo que su comercio se extendió rápidamente por todo el Mediterráneo», defiende.

Asimismo, afirma que dicho desarrollo entró en competencia con los vasos tallados en piedra preciosa, «muy valorados por las clases aristocráticas, obligando a que los artesanos lapidarios tuvieran que esmerarse, reduciendo el espesor de estos vasos para aumentar su transparencia». Pero, en el caso del Santo Cáliz, «el espesor del ágata hace pensar en una manufactura anterior al boom del vidrio por soplado. Es decir, anterior a la Última Cena».

En cuanto a la trazabilidad de la copa desde Jerusalén hasta Huesca, el profesor Zarzo indica que «la trazabilidad de la copa de ágata durante 800 años suscita muchos interrogantes, ya que hay muy pocos vestigios de la presencia del Santo Cáliz en la provincia de Huesca con anterioridad al siglo XII. Por este motivo, mucha gente considera que no puede demostrarse que la reliquia venerada en Valencia sea el auténtico Cáliz de la Última Cena».  

Así, ha revisado algunos de estos indicios, por ejemplo, los propietarios de la copa, supuestamente la familia de san Marcos Evangelista. «Si Marcos acompañó a San Pedro a Roma y tuvo una estrecha vinculación con él, esto hace verosímil que la Copa de la Última Cena viajara hasta Roma, como afirma la tradición», apunta en otra de sus anteriores publicaciones.

Aunque los escasos vestigios anteriores al siglo XII hacen dudar de su autenticidad, este investigador aborda la cuestión planteando la hipótesis de que fuera una falsa reliquia: «Si en época medieval, antes del siglo XII, un orfebre hubiese manufacturado un preciado cáliz a partir de una copa de ágata con la pretensión de que fuese considerado como el auténtico Cáliz de la Última Cena, ¿por qué habría elegido una copa tallada en piedra preciosa? 

 Lo razonable habría sido un cáliz de oro o quizás de plata, pues los vasos sagrados de uso litúrgico han sido elaborados con metales nobles desde el siglo tercero. Es muy improbable que se hubiera elegido una copa de este material, pues no existen yacimientos de ágata en la Península Ibérica, y esta copa (o bien el ágata en bruto para ser tallado) tendría que haberse traído de muy lejos». De hecho, se especula que la piedra original del Santo Cáliz podría proceder de la India.  

Por otra parte, Zarzo aporta otras claves relevantes en un reciente estudio publicado en la revista Religions: «Excavaciones arqueológicas en las décadas de 1970 y 1980, en Jerusalén y alrededores, han descubierto una gran cantidad de recipientes tallados en piedra caliza de época romana». 

Estos hallazgos han puesto de manifiesto que, en época de Jesucristo, era habitual el uso de recipientes tallados en piedra para usos rituales de ámbito doméstico, probablemente porque se consideraban inmunes a la impureza ritual. Es decir, que no necesitaban ser purificados previamente a su utilización.

Esta cuestión no ha recibido demasiada atención hasta la fecha en los estudios sobre el Santo Cáliz, pero, según apunta el profesor, «desde un punto de vista teológico es muy simbólico que Jesús hubiese utilizado un cáliz preciado no susceptible de impureza para instituir la Eucaristía. Este conocimiento es relativamente reciente, pero era totalmente desconocido en época medieval, lo cual refuerza la autenticidad del Santo Cáliz de Valencia».


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