martes, 15 de febrero de 2011

La Guardia Civil detiene a nueve activistas de Greenpeace por acceder a la central nuclear de Cofrentes

VALENCIA.- La Guardia Civil ha detenido a nueve activistas de Greenpeace de la veintena que esta mañana ha accedido a la central nuclear de Cofrentes para reclamar al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y al Gobierno que no se renueve el permiso de explotación de esta infraestructura, según han informado fuentes de Delegación de Gobierno en la Comunitat Valenciana.

Por contra, Greenpeace ha asegurado que son 16 las personas detenidas --15 activistas y un fotógrafo--.

La central nuclear  ha dado por finalizada la alerta declarada esta mañana. A las 17.30 horas, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han desalojado a los activistas que a primera hora de este martes "han irrumpido de forma violenta" en las instalaciones, según han informado fuentes de la nuclear en un comunicado.
      La central nuclear de Cofrentes, que ha seguido a lo largo de toda esta mañana, los procedimientos reglamentarios establecidos para este tipo de situaciones, ha ratificado su "firme compromiso" de operar de forma "segura y fiable".
 Varios escaladores se han encaramado este martes a una torre de refrigeración de la central nuclear, de 125 metros de altura, con la intención de realizar una pintada con el mensaje 'Peligro nuclear'. Además, otro grupo de activistas ha desplegado una pancarta con el lema 'Cofrentes: cierre ya'.
   "Tras esta acción de protesta pacífica ha quedado demostrada la falta de seguridad de Cofrentes, por lo que Greenpeace pide el cierre de la central", ha apostillado Carlos Bravo, el responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace, que también ha asegurado que contaban con que hubiera detenciones tras la acción de protesta.
   El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tiene de plazo límite hasta el 23 de febrero para hacer una propuesta al Ministerio de Industria, que tendrá un mes para tomar una decisión, según han informado fuentes del CSN.
Durante el tiempo que los activistas de Greenpeace han permanecido en el emplazamiento en el que se ubica la planta, ésta ha seguido operando "con total normalidad".
   Según la central nuclear, los activistas han permanecido "controlados" en una de las torres de refrigeración, "sin suponer riesgo para la operación de la instalación eléctrica", puesto que esta zona se encuentra distante de los edificios nucleares.
   Asimismo, han asegurado que en el momento de la irrupción, dos vigilantes de seguridad resultaron heridos leves por los activistas y otros dos presentaron contusiones.
"Después de siete horas desde que 15 activistas accedieron a la instalación nuclear de Cofrentes, los activistas han abandonado la instalación y  fueron detenidos y trasladados al cuartel de la Guardia Civil en Requena. A los 15 activistas se suma un fotógrafo independiente, detenido desde las 10.00 horas", dice, por su parte, un comunicado de los ecologistas.
   Greenpeace ha negado "rotundamente" que se haya utilizado la violencia durante la acción. Asimismo, ha asegurado si durante la acción tres trabajadores de la central han resultado heridos "en ningún momento se ha debido a ningún comportamiento violento de los activistas".
   La directora Ejecutiva de Greenpeace España, Miren Gutiérrez, ha explicado que "el desvío de la atención hacia la incuestionable actitud pacifista de los activistas es una maniobra para evitar la cuestión clave" como es, en su opinión, "la falta de seguridad en las centrales nucleares y la necesidad urgente de establecer un calendario de cierre".
La organización ha insistido en que no se renueve el permiso de explotación de Cofrentes, que vence el próximo 19 de marzo, y que se proceda a su cierre definitivo.
   La organización ecologista ha sido la que, "desde el primer momento", mediante una llamada telefónica a la Sala de Emergencia del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), ha avisado de la entrada de los activistas en la central nuclear para llevar a cabo una acción de protesta "pacífica".
   Greenpeace ha exigido "seriedad" en las valoraciones sobre su protesta y considera "especialmente grave" que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, haya afirmado que "se haya utilizado la violencia". Por ello, ha pedido una "rectificación pública" al ministro porque "sus declaraciones carecen de todo fundamento".
   Asimismo, al respecto de su declaración en la que ha añadido que desde el Gobierno mantendrán un diálogo respecto al "debate nuclear", Miren Gutiérrez, ha añadido que "para que haya un diálogo sobre el debate nuclear, la otra parte ha de escuchar".
   Sin embargo, según Gutiérrez, el ministro Sebastián "lleva años sin querer hablar con los grupos ecologistas" y "solo atiende a la industria nuclear, del carbón y del petróleo, atacando y destruyendo las energías renovables".