VALENCIA.- La protesta de los agricultores esta semana en el puerto de Castellón consigue arrancar
el compromiso del presidente de la Autoridad Portuaria, Rubén Ibáñez, de
revisar las bonificaciones vigentes a la importación de países terceros porque las consideran factor determinante de competencia desleal y es
uno de los objetivos de este calendario de protestas "a la valenciana".
El compromiso de Ibáñez es un pequeño hito e insta a la presidenta de la
Autoridad Portuaria de Valencia (APV), Mar Chao, a que el próximo jueves
22 -cuando se protestará frente al puerto valenciano- se "prepare
también para eliminarlas".
Fuentes de la APV explican en La Vanguardia que "en el puerto de Valencia tenemos las
bonificaciones generales publicadas en el BOE".
Las deducciones por las
que protestan las asociaciones agrarias se establecen desde el Gobierno
aunque está en manos de los puertos aplicarlas; las actuales están
vigentes desde 2022. Por ejemplo, en Valencia, según el anexo que
publica la APV, las bonificaciones para frutas y hortalizas en
contenedores refrigerados es del 30%.
El presidente de Port Castelló señaló que están "abiertos al diálogo" y a
modificar la bonificación, que para los cítricos es de un 40% en este
puerto, un 10% más que en el de Valencia. Ibáñez
también les ha comentado que hay prevista una resolución que se
presentará para que de cara al año 2025 se estudie su modificación.
En
ambos casos la petición de eliminación de las bonificaciones a productos
alimentarios, -cuando no hay déficit de producto local, explican los
agricultores- es una demanda. Pero, ¿qué se bonifica actualmente? En
Port Castelló las bonificaciones, contempladas para incentivar tráficos y
servicios marítimos que "coadyuven al desarrollo económico y social"
van desde el 40% para los cruceros turísticos a diferentes porcentajes
en función de la mercancía.
Por ejemplo, el puerto castellonense bonifica con un 25% el tráfico de
patatas y el mismo porcentaje a cereales como la cebada o el maíz. Los
cítricos y el pescado congelado son los productos agroalimentarios de
más alta bonificación, del 40%, tanto en embarque como en desembarque.
Asimismo, en salida se bonifican al 40% productos como los azulejos y
las placas y baldosas sin esmaltar, capital para una provincia que
industrialmente vive de la cerámica. También el desembarque de materias
como el caolín o la arena mineral, básicos en la industria azulejera,
tienen una deducción del 5%.
Mientras, en el Puerto de Valencia los cruceros también tienen una
bonificación del 40%; además el embarque y desembarque (excluido
tránsito) de los componentes de automoción tienen una bonificación del
20%; los cereales en contenedor, las frutas y verduras en contenedor
pero refrigerado, al igual que el pescado congelado tienen una
bonificación del 30%.
También hay algunas peculiaridades, como el embarque y desembarque
(excluido tránsito) de aluminio en el Puerto de Gandía, que está
bonificado con un 20% o el embarque de sulfato sódico en big‐bags (sacos grandes, utilizados para residuos) en el Puerto de Gandía, al que también se le aplica un 30%.
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