sábado, 2 de mayo de 2020

Un libro indaga en el intento infructuoso del poeta Miguel Hernández por llegar a Lisboa y reunirse con su esposa y su hijo


JAÉN/HUELVA.- Es poco conocida la historia del poeta Miguel Hernández en tierras de Portugal. Los últimos días de abril y primeros de mayo de 1939, en los estertores de la Guerra civil española, el poeta trató de escapar de la barbarie y de sus perseguidores en dirección a Portugal. Su intención era viajar hasta Lisboa para reunirse con su esposa Josefina Manresa y con su hijo, según publica hoy El Mundo

Tenían previsto pedir amparo en la embajada de Chile donde su amigo el poeta Pablo Neruda había tramitado el exilio de los tres. Pero la mala suerte, la mala estrella que siempre pareció pender sobre el destino del autor de El rayo que no cesa, quiso que en la estación de Moura, al tratar de vender un reloj, fuera detenido y extraditado a España. Lo que sucedió una vez aquí es conocido por todos. 
Pero la odisea por tratar de llegar al país vecino es una crónica que hasta ahora había permanecido oculta y que el investigador onubense Augusto Thassio ha relatado en el libro Miguel Hernández: su perdición encontrada, editado por la Diputación de Jaén y la Fundación Legado Literario Miguel Hernández.
Thassio ha rescatado los tres primeros expedientes de detención carcelarios que se incoaron a Miguel Hernández aquella maldita primavera de 1939. El investigador asegura que no ha sido fácil reconstruir aquellos días: "Eran confusos y me preocupaba conocer cómo fueron, ya que la intención del poeta era llegar a Lisboa, donde en la embajada chilena tenía previsto encontrarse con su esposa y su hijo".
En esta publicación se incluyen los expedientes de Portugal -Sobral da Adiça y Vila Verde de Ficalho- y de Rosal de la Frontera, en Huelva. Los dos primeros, inéditos hasta ahora, han sido rescatados por el autor de archivos como el Arquivo Nacional de Torre do Tombo portugués y el Archivo Histórico de Rosal. 
A raíz de sus hallazgos, réplicas del expediente portugués fueron seleccionadas para la exposición Miguel Hernández en la cárcel de Alicante. Un intento de silenciar la palabra, inaugurada en el Archivo Histórico Provincial de Alicante el 26 de octubre de 2017. 
Tal y como se aprecia en la portada del libro, en el expediente Proceso número 532/39, se recogen las huellas dactilares del poeta, "desconocidas hasta ahora", subraya el autor, así como los oficios que documentan la detención y su posterior extradición a España, con fecha de captura del 1 de mayo de 1939, hace hoy ochenta y un años. 
El expediente carcelario de Rosal de la Frontera tiene fecha del 3 al 9 de mayo. Por último, el tercer expediente es el carcelario de Huelva capital que ya fue publicado en 1990 en la revista literaria Con Dados de Niebla.
El escritor Augusto Thassio incide en que "con el descubrimiento del expediente carcelario de Miguel Hernández en Portugal se arroja luz sobre la elipse carcelaria de nuestro poeta que, en su búsqueda de la libertad, encontró su perdición rodeado de penas, cardos y despiadados leopardos, convencido de que el hombre acecha". 
Para esta edición bilingüe, en español y portugués, de 600 ejemplares, se ha contado con la colaboración de la Cámara Municipal de Serpa y el municipio portugués de Moura, así como con el Ayuntamiento de Rosal de la Frontera, en Huelva.
El diputado jiennense de Cultura y Deportes, Ángel Vera, señala que "después de las ediciones bilingües que en inglés y francés de su obra poética fueron realizadas por la Diputación de Jaén junto al Instituto Cervantes en el marco de las actividades destinadas a conmemorar el 75 aniversario del fallecimiento del poeta Miguel Hernández, publicamos ahora un nuevo estudio, en esta ocasión en español y portugués, que nos habla de la poca conocida estancia del poeta en el país vecino tras el fin de la Guerra Civil".
Miguel Hernández: su perdición encontrada viene a sumarse a una nutrida biblioteca hernandiana que se ha visto enriquecida a raíz de la adquisición del legado de Miguel Hernández por parte de la Diputación de Jaén en el año 2012. La obra completa de Miguel Hernández, que recoge la producción literaria del poeta revisada, corregida y ampliada; Epistolario General de Miguel Hernández, coordinado por Jesucristo Riquelme, catedrático de Lengua y Literatura y experto en el poeta de Orihuela; la antología El viento de la vida, del catedrático de Literatura Española, poeta y ensayista, Luis García Montero, con una selección de poemas de Miguel Hernández. O Para la libertad: Estudios sobre Miguel Hernández, en el que doce filólogos, poetas y expertos en la obra de Miguel Hernández analizan distintos aspectos de la vida del poeta.



Homenaje a un preso universal

La localidad onubense de Rosal de la Frontera, en cuyo calabozo pasó el poeta Miguel Hernández sus primeras noches de cautiverio tras ser detenido en Portugal, rindió un homenaje a su figura y su obra, coincidiendo con el centenario este año de su nacimiento, en junio del año 2010.
La entonces presidenta del Parlamento de Andalucía, Fuensanta Coves, participaba en el evento, organizado por el Ayuntamiento de la localidad onubense, y cuyo acto principal había sido el descubrimiento de un busto del poeta en la Plaza de España. 
En su discurso, Coves se refirió al poeta como "un hombre que defendió al Gobierno democrático con todas las armas que tenía, plomo y grafito e incluyo también en el arsenal a su integridad, la que le hizo morir en prisión incapaz de aceptar que una manera de pensar era punible".
"Hoy, el Parlamento de Andalucía en el Rosal de la Frontera, rinde culto a un genio que fue mancillado hasta la extenuación por ser antifascista", habría señalado Coves, que estuvo acompañada por la nuera del poeta, Lucía Izquierdo.

Cinco días de tortura

La historia común del Rosal de la Frontera y Miguel Hernández comienza el 4 de mayo de 1939 cuando tras ser detenido en Moura (Portugal) -a donde huyó tras declarar Franco el final de la Guerra Civil- por la policía salazarista, fue trasladado al calabozo del puesto fronterizo de esta localidad onubense. Allí estuvo cinco días, durante los que fue torturado y compartió celda con un preso común de la localidad.
La prisión en la que estuvo es ahora la Casa de la Cultura Miguel Hernández, donde está recreada la celda y también se ha instalado un centro de interpretación de su vida y obra.
El principal acto del homenaje fue hace casi diez años el descubrimiento de un busto del poeta en la Plaza de España, al que se habría sumado un reconocimiento institucional, una ofrenda de flores y la proyección del documental 'El siglo del poeta'.

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