Esta organización promueve desde 1987 la protección del medio ambiente a través de la reutilización de textil y lleva a cabo programas de cooperación al desarrollo en África, América Latina y Asia, así como de apoyo local en España.
Según ha informado en un comunicado, en 2019 miles de donantes depositaron la ropa, el calzado, los complementos y el textil de hogar que ya no utilizaban en los 560 contenedores de color verde de la fundación, a disposición de la ciudadanía gracias a acuerdos con entidades públicas y privadas. El servicio de recogida selectiva es gratuito y representa un ahorro para los municipios adheridos.
Las toneladas recuperadas por Fundación Humana equivalen a 3,4 millones de prendas cuya gestión implica un doble beneficio: medioambiental y social.
En el primer caso, reduce la generación de residuos y contribuye a la lucha contra el cambio climático. La reutilización y el reciclaje de textil durante al año pasado representan un ahorro de 4.862 toneladas de CO2 a la atmósfera. Un estudio de la Comisión Europea indica que por cada kilo de ropa recuperado y no incinerado se dejan de emitir 3,169 kilos de CO2.
Las toneladas no emitidas gracias a la gestión sostenible del textil equivalen a la emisión anual de 1.800 coches (que circulen 15.000 kilómetros anuales) o a la absorción anual de dióxido de carbono de 36.300 árboles.
El beneficio social consiste en la creación de puestos de trabajo inclusivos, estables y de calidad, ya que Humana genera un empleo indefinido por cada 36.000 kilos de textil recogido.
Por otro lado, los recursos obtenidos se destinan a proyectos sociales: tras más de tres décadas de actividad, 2,5 millones de personas se han visto involucradas en los programas de desarrollo en los países del Sur de la mano de contrapartes o socios locales.
La Fundación ha destinado más de 31 millones de euros durante este período para la formación de profesores de primaria, el impulso de la agricultura sostenible o la lucha contra el VIH/SIDA, entre otras acciones.
Darío Gómez, responsable de la Fundación en la Comunidad Valenciana, "ya que reintroduce las prendas en la cadena de valor, genera recursos con un impacto social positivo, crea empleo verde y sostenible, incide en el ámbito local y promueve la mejora de las condiciones de vida de las comunidades más desfavorecidas gracias a programas de cooperación al desarrollo".
Aumentar la contenerización en el espacio público para facilitar las donaciones de la ciudadanía es uno de los objetivos para incrementar la recogida selectiva del residuo textil en 2020. Y es que en España se desechan anualmente un millón de toneladas de ropa (cada ciudadano se deshace de entre 30 y 40 kilos de textil al año, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica), pero apenas un 10% llega a manos de un gestor autorizado. El resto (900.000 toneladas) acaba en vertederos donde no se puede aprovechar de ninguna manera.
Las prendas depositadas en los contenedores de Humana tienen dos destinos: cerca del 90% se trata en las plantas de preparación para la reutilización de la Fundación (en Madrid y Barcelona) y el resto se vende a empresas de reutilización y reciclado.
En cuanto a las prendas tratadas, el 52% se destina a reutilización (el 13% a través de las tiendas secondhand de Humana en España y el 39% se exporta, principalmente a África, para ser vendido a precios bajos y así generar recursos para la cooperación al desarrollo) y el 37% se encuentra en un estado que no permite su reutilización por lo que se vende a empresas de reciclaje textil para que elaboren otros productos (mantas, aislantes o trapos para la industria de automoción).
El 2% son residuos impropios (plástico, cartón, otros) que se pone en manos de los gestores autorizados correspondientes, y el 9% no se puede reutilizar ni reciclar ni valorizar energéticamente, por lo que se envían a un centro de tratamiento de residuos para su disposición final.