En concreto, UGT pide que se "complete" con el desarrollo de todos los compromisos adoptados en 2007 con el presidente de Ford Europa, John Fleming, y se desbloquee el convenio colectivo, mientras que los sindicatos minoritarios --CCOO, CGT y STM-- reclaman a la compañía que elimine la "amenaza de despidos forzosos" y "adelante las prejubilaciones, siempre que justifique ese recorte de plantilla".
El secretario general del sindicato mayoritario en la factoría, Gonzalo Pino, destacó que esa oferta "recoge gran parte de la propuesta de UGT, ya que todo el planteamiento es voluntario y se incluye la recuperación de los trabajadores que se vayan a marchar", y, de hecho, estimó que "puede dar solución al problema".
No obstante, subrayó que "esa propuesta no está completa, porque es necesario poner en marcha un plan de jubilaciones con relevos para recuperar a los trabajadores que se marchen, y que se integren como fijos en la plantilla".
Pino resumió que "es necesario que la empresa revalide el acuerdo de 2007 y lo desarrolle en su totalidad, ya que incluye todos los temas salariales, planes de jubilación y sobre todo, protege los intereses de los trabajadores y salvaguarda los derechos conseguidos durante los últimos 30 años".
Confió así en que "no se quede solamente en haber hecho una buena propuesta", sino que "decida completarla con lo comprometido en 2007 y cerrar el convenio, que sigue bloqueado completamente".
"La única forma de salir de ahí es aplicar el acuerdo con Fleming", insistió Pino, quien resaltó que el acuerdo de hoy "es el primer paso para conseguir salir de esta situación sin sufrir medidas traumáticas" y abogó por realizar un "sindicalismo coherente" y "aprovechar la propuesta que hay encima de la mesa para salir de la situacion y ya veremos con el tiempo qué ocurre", dijo.
Por su parte, el secretario general de CCOO en la planta, Miquel Rosaleny, señaló que si bien "la propuesta de UGT ha sido mejorada por la emrpesa en las cantidades iniciales" que obtendrían los afectados por el ERE, "no desaparece lo más importante, la amenaza de los despidos forzosos en caso de que no haya suficientes voluntarios".
"Mientras eso siga encima de la mesa, el ERE no es aceptable", recalcó Rosaleny, quien criticó que la propuesta presentada por la dirección "supone ningunear a gran parte de los representantes de los trabajadores", en alusión a los sindicatos minoritarios CCOO, CGT y STM, que continúan "insistiendo en que no habrá suficientes voluntarios".
"Hablan de 400 voluntarios, pero no se va a llegar a esa cifra", de modo que "en realidad, se trata de una medida de presion, sólo una falsa voluntariedad", censuró.
La máxima responsable de CGT en la planta valenciana, señaló que "la empresa lo que ha hecho es dar por válida la opción de UGT pero con recortes en cuanto a indemnización, algo que ya habían pactado entre las dos partes", y recalcó que se trata de "una propuesta incompleta".
Además, recordó que "había una alternativa planteada por CCOO, CGT y STM que no se ha tenido en cuenta y planteaba que, en caso de que fuera necesario prescindir de 600 trabajadores, se adelantaran las prejubilaciones", mientras que "aceptando esa amenaza de despidos que propone ahora la empresa, se acepta no sólo que sobran esos trabajadores, sino muchos más".
Explicó, en este sentido, que "supone aceptar que sobran 1.400 trabajadores en los próximos cuatro años", ya que prescinde de 600 empleados con el ERE y de "otros 800 por las jubilaciones", puesto que "hay 1.600 trabajadores que cumplen 60 años en ese periodo" y serán reemplazados por "800 relevistas", uno por cada dos jubilados.
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